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Emprende y aprende

Actualizado: 30 jul 2022

En este momento de mi vida podría decirse que me encuentro

en el ecuador del emprendimiento.


A lo largo de este artículo desarrollo cómo ha sido mi experiencia en torno a la creación, la innovación, la originalidad y la transformación de la puesta en marcha de muchas de mis ideas, que no todas, en estos 23 años de constancia y adaptación.

Te voy a mostrar aspectos en primera persona, a qué me refiero con esto, a que no es un corta y pega de ningún artículo sacado de una revista de emprendimiento o una copia de exitosas mujeres, no. Es un testimonio genuino, actual y basado en tres aspectos: el entorno, la experiencia vital y el espíritu de superación.


Mi deseo e intención es compartir la segunda parte de mi vida, la cual ha estado relacionada casi al 100% con la creación y el emprendimiento, femenino; de modo que pueda servir de guía y apoyo y sobre todo de espejo para mirarte y no decaer, a mujeres que como yo, han atravesado distintas etapas laborales condicionadas por el entorno y también por la familia, por la condición de madre a tiempo completo y con contrato indefinido, en mi caso, por partida doble.


El entorno que nos rodea


¿Alguna vez te has parado a observar todo lo que te rodea?, personas, objetos, animales, el clima, la naturaleza, el asfalto o los caminos, el aire, los olores... bien; pues todos y cada uno de ellos interactúan y tú estás inmersa entre ellos. De cómo sea tu relación con todos o algunos, dependerán las decisiones que vayas tomando en tu vida.


Esta afirmación trasladada al objeto de este artículo explicaría los inicios, evolución y fin (o eso creí por aquel entonces), de las primeras actividades desarrolladas en una comarca minera, la cual impactaría en cada paso que iba dando y a su vez, marcaría un precedente en la zona, por tratarse de servicios innovadores y hasta la fecha inexistentes en 70 km a la redonda.


Si en este momento estás pensando en emprender, te invito a que reflexiones sobre este punto y analices al detalle el lugar en el que vas a desarrollar tu actividad, seguramente ahí tengas la clave de la evolución de tu idea, que no de tu fracaso, porque yo considero que algo que creas de cero, solamente puede transformarse, nunca desaparecer, ya que de alguna forma u otra siempre quedará en ti esa experiencia, y eso, es imborrable, ¿te parece?. Sigamos entonces.


Comencé mi andadura personal y laboral en Laciana en torno al 2001, impartiendo diversas formaciones siempre relacionadas con la atención socio sanitaria y siempre dirigida al mismo grupo: mujeres de distintas edades, residentes en la zona.

A medida que pasaban los meses, iba observando y comprobando las carencias que tenía la comarca en cuanto a la prestación de servicios de atención personal y también de sus propios habitantes ya que si un día, o varios, precisabas de ayuda, apoyo o asesoramiento profesional en cuidados, tendrían o tendríamos que viajar unos cuantos kilómetros para conseguirlo, pagando claro.

Esto por no hablar, de la alta tasa de desempleo que existía y existe entre las mujeres de la zona. Recordar lo que implica vivir en un territorio cuya actividad principal y casi exclusiva es la extracción del carbón o la explotación del mismo a cielo abierto.


Voy a hacer un breve resumen de la visión que yo tenía por aquel entonces sobre esta cuestión, la cual fue la base que fundamentó mi primera idea empresarial:

  • la orografía, la climatología, el largo invierno... y unas pésimas vías de comunicación, sin hablar de los transportes públicos. Todo hándicaps para buscar alternativas y soluciones fuera de la comarca. Parecía que nos habían encerrado!

  • cero servicios de conciliación. Cómo hacíamos las madres trabajadoras para conciliar, y las que deseaban formarse?, no existían servicios que se adecuaran a las necesidades reales de las mujeres en edad laboral y con menores a cargo

  • empleos claramente estructurados en función del género: hombres a la mina, mujeres al sector servicios o cuidados privatizados. Escasa o nula posibilidad de acceder al empleo público en la zona, ausencia de convocatorias, selecciones dudosas y cuestiones varias

  • oferta formativa en torno a sectores feminizados sin posibilidad de formarse en campos innovadores y con oportunidad de empleo como podrían ser las telecomunicaciones, el turismo, los idiomas...manteniendo a la población residente en un aletargo educativo generación tras generación, con especial incidencia en las adolescentes y mujeres adultas

 

Llegado este punto y ya con una niña de 2 años, necesitaba plasmar mi visión de la comarca, sus carencias y posibles alternativas en una plan de empresa cuyos frutos se denominaron "Cuidados Profesionales Laciana" y "Ludoteca Arco iris", en menos de un año, ambas iniciativas se fusionarían en un mismo espacio, esta vez dando el salto a la hostelería y trasladando todos mis cachibaches al "Café Aventura Park".







Los presagios de las amenazas de aquel lejano DAFO se cumplieron, y también las debilidades, pero siempre había tenido muy claro que no quería quedarme en el intento, realmente lo quería HACER.





Asumí todos los riesgos que te acechan cuando te acercas a un proyecto semejante: la incertidumbre del mercado, las amenazas externas, la competencia (desleal en mi caso), la ausencia de apoyo en el medio rural y más para la mujer con cargas familiares, las dificultades económicas, el cansancio físico y mental... vamos, que tenía todas las papeletas para tirar la toalla y desistir y dedicarme al tradicional oficio femenino de la zona, como eran lo cuidados del marido y de los hijos.



Para entonces, ya tenía otra hija y mi visión y percepción de la comarca no habían mejorado, quizás por mi visión realista de todo lo que me rodea y que aún conservo, y es que en aquella época la crisis socio económica mundial originada en el 2008 y el declive de la minería barruntaban un cielo lleno de nubarrones.


Octubre del 2012, exhausta en todos los sentidos, bajo la persiana del Aventura Park y pienso que he fracasado, que me he equivocado, que he perdido el tiempo, el dinero y hasta el rumbo.

Unos pocos de años después, llegué a la conclusión de que no había sido un fin, sino un avance hacia otra etapa, una transformación personal y profesional sin precedentes donde la RESILIENCIA había estado presente día a día pero yo no la veía.

No fuero fracasos, fueron experiencias, no fueron desengaños, fueron vivencias y no fue un cese, fue un tránsito a la mujer y madre en la que me he convertido y en la que espero que encuentres inspiración para salir adelante, porque si algo he aprendido, es que nunca llovió que no escampara, no lo olvides.


Con esta imagen de la ciudad de Ponferrada, comienza la segunda parte de este artículo, como ves es de noche, no es casualidad que hay elegido esta foto, es una metáfora visual, donde las luces y sombras dan paso a la experiencia vital, sígueme porque te digo que lo aquí vivido en 7 años, supuso un antes y un después en mi trayectoria vital, cuyos frutos, los estás leyendo en este momento a través de este blog.


La experiencia vital


Dicen que la experiencia es un grado, y doy fe de ello.

Cambio Laciana por el Bierzo, con una maleta llena de esperanza y de muchas ganas de empezar de cero ya que acababa de abandonar una etapa personal y laboral extenuante y deseaba comenzar cuanto antes a construir una nueva; el espíritu aventurero y la iniciativa, me llevaron a aceptar un empleo con unas condiciones turbias pero que en aquel momento suponían una punto de inflexión en mi vida. A penas tenía alternativas...


Un ambiente laboral tóxico, opresor y degradante como mujer y como trabajadora no conseguían aplacar las ideas que nuevamente brotaban en mi inconsciente, motivada siempre por mejorar la calidad de vida de las personas, de sus familias y de todos en definitiva.



Durante 3 años recuperé las riendas de mi vida, me empoderé en todos los sentidos y conseguí una de mis metas: independizarme junto a mis dos hijas; pero una losa sobre mi cabeza no me dejaba prosperar como deseaba, es decir, con dignidad y con los frutos de mi trabajo.

Nos estaban machacando como trabajadoras y en ocasiones como mujeres y madres, representábamos un papel, incluso delante de los medios de comunicación, que cada vez me indignaba más, hasta que exploté, o mejor dicho dije NO.


En ese momento, intentaron anularme, desprestigiarme, ridiculizarme, achantarme, y un sin fin de intenciones que darán para otra entrada de blog (en breve, lo prometo).

Pues bien, pasado el tiempo de luto laboral, recopilo experiencias, formaciones y aliados y comienza la segunda etapa emprendedora de mi vida "CAPACIDAD POSITIVA" que como no podría ser de otra forma, iba a ser un mix en la atención a la familia monoparental (es decir, en la cual me había convertido), y a las personas con discapacidad (las mismas que nos sujetaron a mi y a mis hijas).


Llegamos así a mayo del 2019, y mis ganas, creatividad e iniciativa vuelven a revivir, en una comarca distinta pero en la que había descubierto lazos increíblemente valiosos (y que aún persisten).

Puedo afirmar que el Bierzo, es una comarca próspera, no sólo en productos naturales sino también en personas entrañables que también se han reinventado a si mismas, qué remedio verdad...


Repito... la experiencia es un grado y ahora entiendes porqué... ahora sabía mucho más que cuando llegué, había aprovechado cada minuto en aquella oficina en la que era una planta más, (o eso pensaban), pero que al fin y al cabo necesitábamos para subsistir.

Lejos de rendirme y abandonar, creamos una nueva asociación de personas, libre de acoso, de burlas machistas y de abuso de poder.


"CAPACIDAD POSITIVA", tres años después, es en la actualidad una entidad pequeña en muchos sentidos pero grandiosa en otros y nos sentimos orgullosas cuando afirmamos que es

SIN ÁNIMO DE LUCRO, al 100 %


Vista del río Moruelo a su paso por Molinaseca


Espíritu de superación


Y llegamos casi a la actualidad porque esta tercera etapa comienza en el 2020 y también implica otra mudanza, esta vez a la ciudad de León.

Cuándo se cerrará, quien lo sabe, la cuestión es que ahora toca mantener y consolidar lo emprendido.


Como habrás ido comprobando, la iniciativa original era efectivamente la prestación de servicios privados, la filosofía de trabajo sigue intacta, que no es otra que la dedicación y atención a la familia, ahora con más experiencia y ganas que nunca.


Espero de verdad, saber plasmar tantos años y tantas experiencias de forma que sea efectiva, esta recopilación de mi historia emprendedora, para el contraste y análisis de otras mujeres que se lo estén pensando, que estén en ello o que lo hayan hecho realidad.


Como ya sabemos, el camino es largo y con piedras, ahora que tú decides qué hacer con ellas. Sea cual sea tu decisión te deseo lo mejor y sin en algo te puedo ayudar, no lo dudes, contacta conmigo.


Esta última etapa es la más corta en este artículo, podría dar para mucho pero prefiero esperar un tiempo, reflexionar y plasmarla de modo que también sirva ejemplo o ayuda si así fuera necesario.


Continuará..


Escrito por Angélica Cosmen González.

Fundadora y presidenta de CAPACIDAD POSITIVA, madre y mujer trabajadora 24/7



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